Los lentes de contacto son unos dispositivos delgados y transparentes que se colocan en los ojos para mejorar la visión.

Al igual que las gafas, los lentes de contacto se crearon para corregir las condiciones refractivas que se llegan a presentar cuando la luz no enfoca correctamente dentro de los ojos y genera que veamos borroso debido a enfermedades visuales como la miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia.

Existen diversos tipos de lentes de contacto o pupilentes:

Lentes de contacto rígidos: son elaborados de plástico y combinado con otros materiales especiales para que se queden firmes y los ojos se mantengan oxigenados.

Este tipo de lente de contacto es de gran ayuda para las personas que tienen un alto grado de astigmatismo o para personas que presentan una condición conocida como “queratocono”.

Lentes de contacto blandos: estos lentes son suaves y blandos, son elaborados con materiales flexibles y elásticos, como lo es el hidrogel de silicona, que se caracteriza por permitir que pase una mayor cantidad de oxígeno a los ojos, por lo cual es posible usarlos por más tiempo.

Lentes de contacto de reemplazo mensual: son lentes blandos diseñados para corregir la visión, pero solo se usan en un mes, que su tiempo de vida útil. Tienen la capacidad para mantener la humedad que los ojos requieren.

Lentes de contacto de reemplazo diario: son un tipo de lentes blandos que se reemplazan diariamente, son una solución para usuarios que quieren disfrutar de comodidad y liberar para mejorar su visión.